Breve historia del banano en Honduras
Marel Medina
El banano es originario del sudeste asiático, sobre todo en la región indomalaya -musa acuminata y musa laisiana; "se cree que es la fruta más antigua del mundo, pues su planta data de tiempos prehistóricos; de millones de años"'.
"En el año 327 antes de Cristo, Alejandro Magno descubrió la planta cultivada en el valle del Indo, en la India. El enciclopedista romano Plinio (años 23-79 de nuestra era), uno de los primeros escritores que describió la especie, informó que los sabios indios, mientras filosofaban a la sombra de un banano, muchas veces no comían otra cosa que el fruto de esta planta, posteriormente clasificada por el botánico del siglo XVIII Linneo, quien le dio el nombre de Musa sapientum (musa de los sabios".
"Fue un manjar exclusivamente asiático hasta el siglo VII, cuando los mercaderes árabes llevaron la planta a Madagascar y después al África Occidental, donde habría de recibir su curioso nombre formado por la contracción de palabras de la región como bana, gbana, abana, funana y banane". Los portugueses la llevaron a las Islas Canarias desde Guinea. Ahora se cultiva, se consume e industrializa en toda la faja tropical del mundo.
Aunque se dice que el banano fue traído a América por el misionero fray Tomás de Berlança en 1516, vía Santo Domingo, o isla de La Española, ya existían en nuestro continente algunas variedades-musa paradisiaca var. nornalis- por "la diversidad de variedades que hay y su amplia distribución en la América tropical a inicios del siglo XVI, sugieren que el banano debe haber sido introducido en épocas precolombinas. G. Fernández de Oviedo y Valdés reportó, en su obra: Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme dcl mar Océano, la presencia de una planta llamada plátano en las Indias Occidentales y en las zonas del continente aledañas al mar Caribe. Dijo que esta fruta era distinta a la variedad europea, el banano-var. sapicutam- introducida a Santo Domingo desde las Islas Canarias en 1516. El obispo Pedraza también distinguió entre dos variedades de plátano cultivadas en Honduras. Aunque los plátanos son mencionados frecuentemente en la documentación, probablemente la mayoría no eran cultivados sino recolectados de fuentes silvestres. En 1798, el gobernador de Honduras reportó que el área habitada por lo Jicaques era tan fértil que un solo platanar se extendía por 36 leguas a lo largo de la ribera de un río sin necesidad de ser cultivado".
"La industria del banano tuvo su origen cuando el presbítero Manuel de Jesús Subirana junto con los Jicaques traídos desde Yoro, sembró a ambas riberas del río Tela, el guineo, llamado tiempo después banano". Al morir Subirana, los Jicaques regresaron a sus áreas interiores al norte del municipio de Yoro cerca de San José de Texíguat- y mucho más al sur, hasta la Montaña de la Flor. Así, la colonia y las plantaciones de plátanos y guineos al quedar abandonadas fueron declaradas bienes municipales; con la venta de la fruta esta corporación buscaba agenciar ingresos a la comuna.
En las Islas de la Bahía se estaba comercializando el banano desde 1860 para el mercado de Nueva Orleans 4, debido a su rentabilidad "varias plantaciones de banano empezaron a sembrarse en la zona costera del litoral norte".
En 1883, la municipalidad teleña cobraba colonaje por cada manzana de banano, plátano o coco cultivada en las tierras municipales o nacionales un monto de doce centavos y medio -un real- por mes. La zona agrícola comprendía de oeste a este entre la barra del río Ulúa hasta la barra del río Cuero y de norte a sur del litoral una legua hacia el interior.
"La industria bananera comenzó a extenderse por medio de denuncias y medidas de terrenos como lo hizo el alcalde Carlos C. Bolet de Tela, con dos mil hectáreas quien ofreció ver surcadas sus plantaciones por el ferrocarril. Las paralelas llegaron y las máquinas impulsadas por leña empezaron a conducir banano".
I "Después que el presidente Manuel Bonilla, en 1911, dio la primera concesión por noventinueve años, el monocultivo del banano originó la etapa capitalista de la Costa Norte".
Las concesiones comenzaron a darse desde mediados del siglo XIX, todas onerosas, ventajistas y humillantes, las de principios de siglo fueron más astutas y profundas.
El Porvenir -aldea Juan López- fue donde parece haberse ubicado la Vaccaro Bros. & Co., cerca de donde hoy está La Ceiba, la zona tuvo un auge bananero y portuario a finales del siglo XIX y principios del XX.
La llanura costera del atlántico hondureño fue acaparada por capitalistas estadunidenses y europeos para aumentar el cultivo del banano. Se asentaron desde el río Motagua en el municipio de Omoa, departamento de Cortés al oeste del litoral hasta el valle de Sico, en el municipio de Iriona departamento de Colón al este del valle del Aguán.
Honduras perdió parte del territorio nacional de las vegas del río Motaqua en una disputa contra Guatemala provocada por la United Fruit Co. y fallada en Washington en 1931 contra nuestro país.
Posteriormente, a medida que los gobiernos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX otorgaban concesiones y dispensas totalmente onerosas contra los intereses económicos, sociales y políticos del país empresas pequeñas y grandes comenzaron a disputarse las tierras y la producción bananera.
Desde 1850 Honduras comenzó a sufrir cambios socioeconómicos debido a que los productos básicos de exportación, especialmente los colorantes: índigo, añil, grana 0 cochinilla perdían demanda por los nuevos tintes químicos europeos.
La Reforma Liberal de Soto y Rosa, aceleró la h trasformación "basada e inspirada en la experiencia histórica de la revolución morazánica, el movimiento liberal comprende la necesidad de realizar cambios radicales que acometan contra las estructuras conservadoras que prolongan el poder colonial. De ahí surge un programa que se propone combatir el poder teocrático y los privilegios aristocráticos, promover la educación pública y obligatoria e impulsar el crédito, la industria, la agricultura y el comercio mediante una legislación adecuada, fomentar una política que favorezca la inmigración que trae consigo capital, fuerza de trabajo y tecnología" .
Mario Posas en la obra Monografía de la ciudad de Olanchito sintetiza una muestra de la clase de concesiones exigidas por los capitalistas estadunidenses. La siguiente fue otorgada a la Truxillo Railroad Co.:
'*EI derecho a cortar y usar gratuitamente las maderas que hubiere en terrenos nacionales que fueren necesarias para la construcción del muelle y el ferrocarril proyectado, así como para la construcción de casas, talleres y bodegas. También se le concedió con el mismo propósito, el uso de piedra, cal, arena, etc., que se encontrase en tierras nacionales no ocupadas.
.*Libre uso de la fuerza motriz de los ríos y demás corrientes naturales en un radio de cincuenta quilómetros de ferrocarril y ramales.
'Uso gratuito de los terrenos nacionales libres que la empresa necesitare para construir oficinas, bodegas y talleres para el uso del ferrocarril.
'*Exención de todo derecho o impuesto fiscal o municipal, ordinario o extraordinario, establecido o que en lo sucesivo se establezca, para todo lo relacionado con la construcción, mantenimiento y funcionamiento del ferrocarril, muelle y sus accesorios o dependencias.
'*Cesión al concesionario de diez mil hectáreas de terrenos nacionales en propiedad, con las maderas de todas las clases que contengan, por cada veinte quilómetros de linea principal o ramales construidos.
La decisión no fue debidamente planificada y por desconocimiento mercantil no se avizoraron las consecuencias económicas contra Honduras.
El gobierno liberal de Soto y Rosa promocionó nuevos cultivos como el café, la caña de azúcar, la minería, ganadería, el banano, coco, coyol, cacao, corozo, madera y otras frutas.
Una situación similar ocurrió con el gobierno de Callejas que presionado por el poder de los países grandes de la economía mundial obliga a Honduras a abrirse en su economía para complacer a las industrias y monopolios extranjeros en detrimento de las pequeñas, medianas y empresas grandes del país.
Los productores hondureños de banano sembraban este articulo en las riberas de los ríos del litoral norte que tuvieran capacidad de navegación fluvial, tales como: el Chamelecón, el Ulúa, el Leán, el Aguán, etc. Esta decisión permitió a los primeros inversionistas entrar a los valles de Sula, Leán, Aguán y posteriormente al valle de Sico.
En l888 la producción bananera se disputaba el primer lugar con el café en las exportaciones hondureñas . "En la Costa Norte se registra una intensa actividad encaminada a la explotación de variados recursos naturales: agrícolas, vegetales y forestales. La fruticultura de exportación se extiende a lo largo de las fértiles tierras del litoral atlántico, explotándose de una manera casi natural con el trabajo de la todavía escasa población local que por una mínima remuneración lleva a cabo las tareas de recolección y acopio que permiten ofrecer a las cada vez más numerosas embarcaciones que se aproximan a comprarla.
Sin embargo, el acarreo de los productos agrícolas de las plantaciones a los puertos de Omoa y Trujillo significaba un gran obstáculo para los exportadores que usaban vapores de estos puertos hacia el este de Estados Unidos y posteriormente Europa. El ferrocarril era el medio de trasporte ideal.
El gobierno de José María Medina", previo al gobierno de Soto, buscaba un ferrocarril interoceánico que comunicara a Honduras desde la costa atlántica a la del pacifico por medio de empréstitos ingleses y franceses.
La decisión malhadada de Medina de otorgar al extranjero, posiblemente francés, Víctor Herrán en París y Carlos Gutiérrez (hondureño) en Londres, un poder que les daba carta blanca como ministros plenipotenciarios y gestores de los fondos para dicho ferrocarril con banqueros sin ética como BischoffLeim, Goldschmidt, o personajes ominosos, falsos y bribones como Charles Lefebvre, Juan Bustelli Fóscolo y Eduardo Viada, aventura formada por una mafia de cuello blanco con los fondos e intereses hondureños.
Estos individuos manipularon los fondos de tal manera que las operaciones financieras y bancarias fueron sisadas con pretextos e invenciones de toda laya para entregar al gobierno hondureño apenas unos tres centenares de miles de libras esterlinas.
A fin de cuentas la deuda total contraída ascendía alrededor de 6 millones de libras esterlinas frente a menos de medio millón que efectivamente habla llegado a Honduras para la construcción de un pequeño tramo del total proyectado. La diferencia se diluyó entre las manos de los prestamistas y agentes europeos y los diplomáticos <
"La cantidad efectiva y real que recibió Honduras ferrocarril se calcula en £312.000 libras inglesas -con una tasa de cambio en esos días de una libra por cinco dólares- de acuerdo con los estudios de don Ángel Ugarte hechos en 1904. Sin embargo, el gobierno hondureño se vio obligado al yago de una cantidad mucho mayor resultado de los intereses, los servicios cobrados por la banca y los tenedores de bonos. La deuda fue pagada en su totalidad 86 años después por el gobierno de Juan Manuel Gálvez".
El ferrocarril que pretendía extenderse desde Puerto Cortés hasta el Golfo de Fonseca, apenas llegó a Pimienta a la orilla izquierda del río Ulúa. Los ferrocarriles bananeros se extendieron por los valles de Sula y Aguán con la promesa, previa satisfacción económica de la concesión, de llevar la linea férrea hasta Choluteca y el Golfo de Fonseca con un ramal desde Juticalpa hasta Tegucigalpa. Dichas lineas no salieron nunca de la Costa Norte.
Los inversionistas extranjeros decidieron hacer el negocio del banano desde el cultivo hasta la comercialización. Esto les motivó a posesionarse de tierras por medio de compras honestas, dolosas y misteriosas. Así vemos la aparición de empresas como: Palmas Plantation Co., Honduras Plantation & Steamship Coq Lancetilla Railroad, Tela Railroad Co. (Cuyamel Railroad Co., Cortez Development), Vaccaro Bros. & Co. (Aguan Valley Co., Standard Fruit & Steamship Co.), Truxillo Railroad Co., etc.
El negocio del banano habla encontrado un mercado fabuloso. En 1911, Manuel Bonilla, fue armado por Rolston, Gerente de la Cortez Development, con Zamurray tras bambalinas, posteriormente convertido en el dueño de la United Fruit Co., embarcado en el Hornet para armar una revolución en Honduras, y entregar al país por medio de concesiones de 99 años donde por un confite y las esperanzas de un ilusorio ferrocarril se dieron las mejores tierras, minerales, los bosques de pinares y maderas preciosas -los ingleses para ese entonces habían esquilmado impunemente gran parte de la riqueza forestal hondureña en la costa norte y la Mosquitia.
Dos empresas se repartieron a Honduras desde principios de la década de los años 30, al amparo de la Pax Tiburciana: La United Fruit Co. (Tela Railroad Co.) y la Standard Fruit Co. Actualmente conocidas como United Brands (Chiquita Brands) y Dole (Standard Fruit de Honduras).
Las concesiones tan bondadosas para las empresas bananeras y tan leoninas para el pueblo y gobierno de Honduras dotó a las bananeras de una gran acumulación de capital que permitió desde mediados del siglo XX diversificar sus inversiones en: bancos, empresas agroindustriales, industrias de bebidas carbonatadas y cerveza,aceites, manteca,jabón y las industrias subsidiarias que apoyan la logística de producción de las bananeras como cartón, plásticos, etc.
Las regiones interioranas hondureñas sufrieron un despoblamiento creciente a medida que se crecían los bananales en los valles de: Sula, Aguán, Sico y las regiones de Omoa y Tela de la llanura del Atlántico.
Los caminos de herradura convergían en Puerto Castilla, Omoa, Tela y La Ceiba donde los sueldos y jornales eran superiores a los devengados en las actividades agrícolas y ganaderas del resto del país. En las bananeras los sueldos eran de uno a dos lempiras diarios más los trabajos a destajo o por contrato que resultaba en ingresos de cien o doscientos lempiras mensuales.
Un jornal a principios de siglo en el interior de Honduras era de dos reales 4 (veinticinco centavos) por doce horas de trabajo para los adultos y de medio real a un real para los menores dependiendo de su rendimiento. Es decir, 1,50 a la semana o 78,00 lempiras anuales. Para la mayoría de los hondureños del interior, esta oferta de trabajo de 1ó reales diarios contra dos, tres y hasta cuatro reales significó lo que ahora se asemeja a los mojados en busca de "El Dorado" estadunidense.
El aumento de circulante en una sociedad atrasada creó una inflación en los focos de desarrollo arriba mencionados. Los hondureños vivieron como en el antiguo oeste estadunidense —
En Honduras se conocen muchas variedades de banano: Están las variedades cultivadas por las empresas bananeras, tales como, el Gross Michel, Cavandish, Valery, Gran Nan, etc. El Gross Michel, de gran altura, con un fruto delicioso, su misma altura es la gran desventaja por los vientos huracanados que ocurren en nuestra zona entre junio y noviembre.
Por otro lado, en forma silvestre se encuentran: El guineo confite, el guineo manzano, la rara variedad de banano con semilla poco atractivo para el consumo humano; la chata, conocida como: moroca, butuco, cuadrada, etc.
El plátano macho, el plátano hembra son las otras variedades de amplio cultivo y consumo en Honduras. El plátano es más grande y más grueso. La exportación es mucho menor que la del banano; en sabor el plátano maduro en la cocina tiene mejor aceptación.
Es extraño el hecho que los escritores o cuentistas hondureños no hayan escrito ampliamente hechos novelados o ficciones de esta etapa pintoresca, dura y cruel de nuestra nación. Quien en un cuento se acerca un poco es Eliseo Pérez Cadalso donde describe un duelo de pistolas desenfundadas al estilo uestern.
Las ciudades más importantes cuyas riquezas y adelantos urbanos dependieron del banano en la primera mitad del siglo X)(: Trujillo/Castilla, La Ceiba, Olanchito, Tela, Progreso, La Lima e indirectamente San Pedro Sula. Al abandonarse algunas regiones las ciudades de Trujillo, Tela y Progreso cayeron en el olvido.
La plaga del Mal de Panamá y la Sigatoka Negra en el valle del Aguán forzó a la Truxillo Railroad Co., a abandonar las plantaciones desde Olanchito por la margen derecha del Aguán hasta Corocito; de Corocito hasta Sico en Iriona; y de Sonagueıa hasta Castilla por la margen izquierda del Aguán, además fue autorizada a levantar la línea férrea que comunicaba un amplio sector del valle del Aguán con los puertos de Castilla y La Ceiba. Ello ocurrió entre 1937 y 1942. Esta acción condenó al abandono a todo lo que hoy se conoce como el Bajo Aguán comprendido totalmente en el departamento de Colón.
El Medio Aguán, conocido también como valle de Olanchito, está enteramente en el municipio homólogo del departamento de Yoro. La Truxillo Railroad Co., autorizada por el estado hondureño levantó 300 km de línea férrea.
Hay un hecho sumamente curioso que vale la pena profundizar: las plantaciones del Aguán Medio pertenecientes a la Truxillo Railroad Co., colindaban con las de la Standard Fruit Co., salta muy curiosamente la interrogación siguiente: siendo la epidemia de la Sigatoka y la matamuerta como se le llamaba también al Mal de Panamá tan virulenta, ¿por qué no afectó a la Standard Fruit Co., que se encontraba a menos de tres quilómetros de la finca Uchapita, la más próxima a Olanchito por el este, mientras que la plantación de la Standard estaba al oeste de la ciudad cívica? ¿Sería estratagema de la United Fruit Co., para trasladarse al valle de Sula con un buen pretexto ante la candidez de los hondureños?
Las comunidades de Sabá, Sonaguera, Tocoa, Trujillo, Castilla, Corocito e Iriona volvieron al olvido, el ostracismo sociocultural y económico hasta principios de la década de los años sesenta en que el gobierno liberal de Villeda Morales empezéunprograma de Reforma Agraria que despertóal Bajo Aguán en un lapso de veinte años.
También después de la segunda guerra mundial el puerto de Tela, la ciudad de Progreso y la sub central de Batán fueron abandonadas como centros de actividad bananera las primeras y abacá la última. La United Fruit Co., trasladó a la ciudad de La Lima la central de sus actividades administrativas.
La expansión bananera produjo fuertes fricciones sociales entre agricultores y ganaderos ubicados en las tierras codiciadas por las bananeras. El escritor social Ramón Amaya Amador denunció detalladamente esta situación en dos obras: Prisión Verde y Destacamento Rojo y los abusos de poder en las relaciones obrero/patronales entre las bananeras y los campeños laborantes en los campos bananeros.
Las fricciones llegaron al extremo que en 1954 se desarrolló una huelga general que paralizó al país por casi tres meses. La lucha era por legalizar los sindicatos y el mejoramiento de los ingresos de los obreros por medio de beneficios sociales como: vacaciones, pago de feriados, horas extras, pago de enfermedad y accidentes, derecho familiar al hospital, elaboración de tarifas diferentes para las diferentes clases de trabajo, etc. Este esfuerzo humano de los primeros sindicalistas organizados pasa desapercibido para los hondureños de estas décadas que reclaman derechos heredados sin saber la sangre, las lágrimas y el dolor con que fueron ganados.
La influencia sindical bananera fue absorbida por los obreros y campesinos nacionales que empezaron a mejorar sus ingresos con un código del trabajo elaborado por el gobierno de Villeda Morales. Honduras con estas trasformaciones socioculturales se adelantó a los demás países centroamericanos a excepción de Costa Rica, que desarrolló un sistema parecido debido a la presencia bananera en el litoral pacífico.
La economía nacional ha descansado en las exportaciones bananeras para el fortalecimiento económico de la población por medio de los salarios y la captación de impuestos para el gobierno.
Siendo el capital de las bananeras enteramente extranjero los beneficios que recibe el país productor son marginales: Costos de operación, como salarios, sueldos, impuestos municipales y nacionales, compras locales y algunos servicios sociales como hospitales, escuelas, becas, etc. El grueso de las exportaciones es remitido a las casas matrices en los Estados Unidos.
Si el consumidor extranjero de las zonas templadas consumiera banano verde en su alimentación diaria y en diversos platillos, la expansión y consumo seria extraordinaria. Los emigrantes del centro y Sudamérica en los Estados Unidos están enseñando al consumidor anglosajón a comer el plátano y el banano no solo como fruta de mesa.
El negocio del banano se mantuvo estable y seguro para los dos monopolios por muchos años en Honduras y sin ninguna otra competencia externa hasta mediados de la década de los ochenta cuando otras compañías entraron a competir en el país.
Contenido de 100 gramos comestibles de banano.
Calorías % 82,00
Agua % 7ó,20
Proteína % 1,ó0
Grasa % 0,10
Carbohidratos% 21,00
fibra % 0,40
Cenizas % 1,00
Calcio mg 5,00
Fósforo mg 28,00
Hierro mg 0,ó0
Caroteno mg 0,15
Tiamina mg 0,03
Riboflavina mg 0,07
Niacina mg 0,79
Acid ascórbico mg 4,30
Fuente: Ministerio de Salud del Perú
El banano es muy rico en potasio, contiene vitaminas A, B, y C, bajo contenido de sodio; nada de colesterol y produce 85 calorías en una fruta de 15 centímetros(")
('')Fuente: Instituto Hunt de Documentació1 Botánica; SELECCIONES DEL READER s DIGEST
En 1989 empezó otra ofensiva expansionista por la adquisición de las tierras mejores en los valles de Sula y Aguán las que por medio de la Reforma Agraria habían sido redistribuidas a los campesinos hondureños.
La fuerza motivadora de esta expansión se asentaba en la apertura del bloque ex soviético y los países ex socialistas de Europa C,oriental considerados como el segundo mundo- zona del urbe con unos 500 millones de habitantes los que supuestamente comenzarían a consumir bienes y servicios del occidente en cuanto se deshicieran del modo de producción socialista. Muy pocos comprendieron que el paso hacia el capitalismo de estas naciones ex socialistas sería doloroso y económicamente critico para su población.
En 1990, Honduras, dirigida por Rafael Callejas, abandona el sistema de economía mixta -visiblemente decrépito por la corrupción gubernamental, campesina y militar para abrazar al neoliberalismo que propugna las relaciones de libre empresa, el libre comercio entre las naciones y la globalización de la economía. Una de las primeras medidas del gobierno fue devaluar la moneda que habla mantenido una estabilidad de más de ó décadas.
La devaluación coincidió con la expansión bananera hondureña; se aprovechó de la ignorancia de los cooperativistas campesinos, quienes vendieron sus tierras en lempiras devaluados por cantidades que parecían estratosféricas pero la realidad les enseñó que asi como la masa del dinero habla aumentado, los precios de las cosas también aumentaron...
Las empresas bananeras entraron en un torbellino de compra de tierras a las cooperativas bananeras, de terrenos agrícolas de vocación bananera -cultivo que exige suelos sueltos y profundos, en el sector de Guanchías en el sureste del valle de Sula y en Isletas en el centro del valle del Aguán en el departamento de Colón.
La ganancia especulativa derivada del cambio entre el dólar y el lempira permitió a las bananeras y a los grandes empresarios nacionales financiar las compras e inversiones. Indirectamente los hondureños pobres muy afectados con la devaluación por la pérdida de ingresos fueron los {nancros de esta expansión neoliberal.
La Standard Fruit de Honduras compró unas cinco mil hectáreas en el sector del Medio Aguán entre Olanchito y Sabá, las que cultiva con banano de planta baja y una producción de 4000 cajas de banano -unas 84 toneladas- por hectárea.
Estas tierras fueron abandonadas por la Truxillo en 1937, acaparadas por pequeños y medianos terratenientes hasta 1970; posteriormente por cooperativas de la Reforma Agraria y finalmente acabaron en poder de la bananera Standard Fruit de Honduras.
Las restricciones de la Comunidad Europea al banano americano y la lamentable situación económica de los consumidores esteuropeos obligó a las empresas productoras a competir con calidad para mantenerse en el mercado mundial. El periodo de incertidumbre en éste se espera que sea temporal.
Las planillas semanales de pagos han disminuido; después de las obras de apertura de nuevas fincas los ingresos de los obreros bananeros aunque numéricamente han aumentado, cualitativamente han disminuido por el efecto de la devaluación monetaria.
Las técnicas de cultivo, muy modernas, utilizadas por las compañías bananeras, así como otras compañías productoras de hortalizas o de frutales exigen el uso de agentes químicos comúnmente tóxicos, tales como fertilizantes,pesticidas, nematicidas, fungicidas,etc., para dar un aspecto de robustez, pureza y atracción a sus productos, al ojo del consumidor, técnicas que en un ó0% son meramente un maquillaje externo de la fruta que en nada mejora el contenido alimenticio del banano u otras frutas que el trópico o zonas templadas producen para el consumo humano, especialmente para los consumidores del primer mundo.
La dieta del banano es muy extendida en Honduras especialmente en la costa norte, sin embargo, desde hace unos seis lustros se consume en la capital, el centro del país y hasta El Salvador. En la costa norte se consume verde y se degusta: cocido, frito y asado. El consumo como fruta madura es menor que como fruta verde. El banano verde sustituye a la papa y al pan.
El banano se consume en Honduras de muchas formas, verde: hervido sin cáscara acompaña a los alimentos como bastimento en vez de pan, papa o tortilla. Frito en rodajas redondas o alargadas compite con el plátano. En la sopa criolla hondureña sustituye a los tubérculos. maduro se consume horneado como postre; también deshidratado es una pasa tan deliciosa como las pasas de uva. Sirve para aglutinar las albóndigas. Se extrae una deliciosa jalea y se produce vinagre y vinos. El plátano también tiene las mismas características y formas de consumo. Se elabora un delicioso pan que es un bocado de cardenal. En Honduras se viene consumiendo banano desde hace muchos siglos.
El proceso afecta de tres maneras a la vida: En primer lugar, las tierras y las aguas se contaminan por el extenso uso de estos agentes químicos. El efecto es lento pero la acumulación en las capas del suelo y en las aguas subterráneas es continuo y amenazador; en segunda instancia, el obrero agrícola, no obstante el equipo protector, sale perjudicado por los efectos residuales de dichos químicos; asimismo, las personas cercanas a las plantaciones se contaminan inadvertida y peligrosamente; y la tercera circunstancia, es cómo el consumidor del primer mundo ingiere ingenuamente los productos tratados con estos tóxicos de tal forma que aunque las partes presentes en el alimento sean de unas pocas unidades por millón, muchos de estos agentes no son expulsados por el organismo sino que se acumulan en los tejidos humanos delicados tales como: el hígado, pulmones, cerebro, testículos, próstata, ovarios, útero, huesos, vejiga, riñones, etc. Los productos agrícolas mundiales ingeridos son bombas biológicas de tiempo en el organismo humano sea primermundista o tercermundista.
Una de las empresas bananeras está viviendo un periodo de demandas laborales multimillonarias por empleados, ex empleados y particulares que tienen en sus tejidos residuos de un químico tóxico que esteriliza y en algunos casos ha producido la muerte en seres humanos.
¿Será esta circunstancia un efecto dármico/ cármico? Como los sufridos por los blancos de Estados Unidos contra los negros, que los primeros trajeron como esclavos y ahora tienen que soportar, poco a poco, como los segundos ocupan posiciones sociales y culturales en la sociedad estadunidense; o el dolor de los ingleses que otrora dominaron al mundo y ahora multitudes inglesas de diversos colores y reconozca su nacionalidad inglesa en Londres.
Honduras ha vivido desde tiempos prehispánicos dire ctamente del banano. La explotación de esta planta ha marcado indefectiblemente la historia económica nacional durante 145 años y sabe Dios cuantos siglos antes de la llegada de los europeos a América; muy posiblemente el banano posiblemente el banano seguirá signando el futuro catracho.
Nuestra nación nunca ha recibido toda la riqueza y comodidad que el banano ha generado, solo a los extranjeros y a los inversionistas les ha tocado disfrutar de ellas; sopesando lo positivo y lo negativo hay mucho que reconocer en ambas partes.
* Es muy posible que la opresión impuesta por el capitalismo desde el siglo XIX permitió el fortalecimiento de los sindicatos obreros en la segunda mitad del siglo XX, ello dio frutos sociales muy positivos en comparación con los países vecinos del istmo que han vivido guerras intestinas largas y sangrientas como Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
* Hasta la fecha, los hondureños hemos aprendido a remediar nuestros problemas agrupándonos en gremios, organizaciones populares, agrupaciones profesionales, sindicatos, patronatos rurales o urbanos u organizaciones campesinas, que por momentos ponen candente el ambiente social pero nunca revientan en brotes de violencia armada como alrededor nuestro.
* Es innegable que el banano es la fuente nutricia de las mayorías desposeídas para la alimentación diaria y produce cierta actividad económica secundaria por la comercialización regional del banano y en la alimentación del ganado vacuno en los sectores ganaderos próximos a las bananeras, especialmente en Olanchito.
$ El auge de los enclaves bananeros urbanizaron la zona norte de Honduras con ciudades que ahora muestran un despegue económico notable, tales como San Pedro Sula, La Ceiba, Progreso y Puerto Cortés. La acumulación de capital bananero se extendió vertical, horizontal y profundamente en inversiones industriales y de servicio, pero a su vez atrofió el capitalismo criollo.
* Quizá el fácil acceso al banano verde como un suplemento fundamental en la dieta de los hondureños costeños, les ha vuelto conformistas y poco dispuestos a partirse el alma trabajando para sobrevivir, como lo hacen los salvadoreños, quienes después de devaluar su moneda hace unos diez años la mantienen estable en su paridad por su creciente producción nacional y trabajo constante de sus ciudadanos no obstante una sangrienta guerra civil que apenas ha finalizado; o como los habitantes del sur de Honduras donde las condiciones de supervivencia son tan duras que el esfuerzo por buscar ingresos y alimento es constante y extenuante.
* La dependencia del monocultivo bananero ha hecho perder dinamismo a la población para buscar otras opciones económicas que no sea el banano u otros monocultivos como el café, el azúcar, la madera y la ganadería. Honduras necesita ingresar a otro estadio superior de la producción nacional orientando a toda la juventud hacia la técnica y el estudio científico. No se puede continuar egresando tesSricos sociales o seudo técnicos y profesionales técnicos que adolecen de calidad y profundidad.
Todos los organismos combinados conforman una diez mil millonésima parte de la masa de la tierra, apenas una delgada película en la superficie del planeta.
¿Podrá esta capa delicada de vida aguantar el asalto de los seres humanos?
Don Marel lo felicito por su interesante historia del banano.
ResponderEliminarQueria consultarle si usted sabe en que años funcionó la Aguan Navigation and im provemente company en Trujillo??
Saludos Cordiales
Muy interesante su exposición sobre la historia del banano en Honduras. Saludos.
ResponderEliminarme parece muy interesante toda la informacion gracias a esto me voy a sacar buena nota
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