Desde Olanchito
El océano neoliberal y el alba
Marel Medina Bardales
Un pececillo nadaba desesperado por las profundidades del mar y cuando encontraba un pez amistoso le preguntaba ¿dónde estaba el océano? Sin imaginarse que estaba en el centro de él.
Lo mismo ocurre con la mayoría de la ciudadanía hondureña que por décadas ha vivido en el océano neoliberal aceptando sus perversidades como algo normal y natural sin parar en mientes que la ordalía que vive es un efecto del sistema neoliberal.
Para dicha ciudadanía es natural que unos pocos sean los dueños de todo, que las riquezas naturales del país deben forzosamente que pertenecer a una transnacional, que los bajos salarios es debido a una ley inmutable de la oferta y la demanda, que los medios en su mayoría nos entretengan con basura cultural, que al cónsul del imperio deba rendírsele pleitesía so pena de caer en descrédito, que hay que andar pianito para no perturbar la sospecha de los vende patrias que pueden denunciarnos a los del imperio, que no hay que inclinarse hacia otros intereses que no sean los tradicionales o estadunidenses, que hay que ser agradecidos por lo que nos han dado, pero no decimos el precio que hemos pagado por ello.
La prensa mediática opositora acusa de mil cosas a Mel –me arrepiento no haber votado por él– desde improvisador hasta izquierdista, pero no aceptan lo beneficios que esta dando a las masas tradicionalmente excluidas aun dicha masa en gran parte no reconoce por estar como el pejecillo buscando el océano dentro del mar: por ello los transportistas hacen paros nacionales a sabiendas que Mel aceptará pagar los subsidios: debería dejar los precios del combustible en manos de los consumidores para que sudaran la gota gorda y comprendieran el esfuerzo de Mel.
Los opositores dicen que no hay que violar las sacrosantas leyes del mercado que solo favorecen a unos pocos y dejar al pueblo-pueblo sufriendo que es como ha estado en el océano neoliberal.
Se horroriza el grupo neoliberal de que se comience a buscar la alternativa del alba como una solución complementaria a nuestros intereses, ¡¡¡Anatema!!! gritan muchos, está llevando al país en reversa. Se enojarán los gringos, ¡que pecado, Dios mío!
Desgraciadamente los candidatos azules y colorados serán neoliberales entregados en cuerpo y alma al sistema capitalista
No hay comentarios:
Publicar un comentario